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Maestro Xie Zongxing

 

El Maestro Xie Zongxing, es un taoísta contemporáneo de gran importancia, tanto por sus logros individuales en el campo de la medicina, como por su ayuda y apoyo en la divulgación de la cultura taoísta, tanto dentro de China como en el exterior. 

Nació en 1914, en Huangpo en el seno de una familia pobre, pero tras la muerte de su padre se mudó con su madre a Zonxing donde vivía su nuevo marido, pronto empezó a trabajar pero debido a los maltratos que sufría en su trabajo decidió ingresar en el templo del pico Qisi de la montaña Mulan, allí fue donde conoció a su maestro, el abad Li Liqing, en 1927, formándose en tratados, medicina, adivinación, astronomía, el estudio de la fisonomía facial, en medicina y artes marciales. 
En 1929 su maestro falleció y fue nombrado su sucesor. 

El único requisito impuesto por su Maestro fue que debía permanecer en el mundo exterior un año para seguir aprendiendo, e ir al templo de la diosa Guayin ubicado en la montaña Putuo en Nanhai. En este tiempo también visitó otros templos como el Tongho en Taizhou donde el abad Wu Zhiyuan le enseñó Qigong interno. 
También permaneció en el Templo Yaundé en Zhendai debido a la continua petición de ayuda de la gente para la curación de sus dolencias. 
Una vez cumplido el plazo impuesto por su Maestro volvió al pico Qisi. Cuenta la historia, que lo primero que hizo Xie a su regreso fue recaudar dinero para reformar el templo que estaba en muy mal estado, cuando hubo reunido lo suficiente y de regreso al templo estalló una tormenta y el río se desbordó, en su intento de ayudar a la gente perdió toda la recaudación, el río lo había arrasado todo pero asombrosamente Xie encontró todo lo que había perdido intacto. La gente lo consideró milagroso, decían que el cielo le había ayudado. 

Con la reforma del templo la afluencia de la gente y de otros monjes taoístas aumentó. El templo fue ganando fama y muchos enfermos acudían a él en busca del Maestro. 
Las dificultades para el acceso al templo de los enfermos hicieron que Xie se decidiera a establecerse en un pequeño convento en Qiaokou, en Wuhan, pero había también otras razones: en ese período estaba naciendo el movimiento revolucionario, el maestro entabló relaciones con los revolucionarios, siendo elegido para informar sobre la actividad de los japoneses en Wuhan. 
Así fue como dejó su cargo de abad, abandonó el templo para ejercer de médico y de manera encubierta como espía. 


Tras la guerra civil la situación era penosa, también en el convento que estaba a punto de desmoronarse, El maestro Xie consiguió reconstruirlo convirtiendo una de sus mitades en un dispensario y la otra en una funeraria, ganando por un lado dinero y por otro ayudando a los pobres. 
En 1952, con la Republica Popular China ya asentada, participó en el nuevo gobierno trabajando en sanidad, y entró a formar parte de la Federación estatal de medicina China de Wuhan, al mismo tiempo que continuaba ocupándose del dispensario. 
A partir de este momento tuvo que dejar los hábitos aunque en su interior seguía considerándose taoísta, y entró a formar parte del funcionariado de sanidad, hasta 1959, año en el que abandonó su puesto y volvió a ser médico. 

En 1980, entró como miembro de la Asociación nacional de taoístas, en 1981, por petición de todos los maestros taoístas de Wuhan entró en el templo de Changchun y ocupó el cargo de subdirector de la asociación taoísta de Wuhan. 

Desde esta fecha y hasta el año 2003, en el que se retiró, todas las actividades llevadas a cabo por el maestro Xie estuvieron directamente relacionadas con el taoísmo y con la divulgación del mismo, ocupando diferentes cargos importantes en asociaciones taoístas (llegó a convertirse en el presidente de la asociación de taoístas de China) y viajando a diferentes zonas tanto dentro de China como en el exterior (Canadá, Hong Kong, Londres…). 
En 2000, fue nombrado abad de la 23 generación del templo Baiyun, de Beijing y en el 2003 se retiró definitivamente al lugar donde había propagado sus enseñanzas, el templo Wuchang. 

Falleció en 2005 en Hubei a los 90 años. El día antes de su muerte había pedido que sus restos fueran incinerados en el templo Changchun en Wuhan. El 11 de mayo se celebraron diferentes ritos funerarios en su nombre a los cuales acudieron los máximos dirigentes a nivel civil, político y religioso. Dos días después fue incinerado y sus restos se encuentran en los templos de Changchun y Baiyun.

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